Los trastornos alimenticios son considerados un problema de salud pública desde hace varias décadas. Sin embargo, el número de casos relacionados con este trastorno tuvo un aumento considerable durante la pandemia y los meses siguientes al levantamiento de las medidas de aislamiento.
Según datos de la Fundación FITA, los ingresos al sistema de urgencias por complicaciones de salud derivadas de un trastorno alimenticio, se incrementaron en un 20 % durante la pandemia, en especial en los meses posteriores al confinamiento decretado por el Gobierno Nacional.
¿Qué es un trastorno alimenticio?
Un trastorno alimenticio es una enfermedad que afecta la forma en que una persona percibe y se relaciona con la comida y su cuerpo. Puede manifestarse en comportamientos extremos relacionados con la alimentación, el peso y la imagen corporal, como la restricción extrema de alimentos, los atracones compulsivos o la purga. Los trastornos alimenticios incluyen anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno por atracón y trastorno de la alimentación selectiva, entre otros.
Los principales síntomas de los trastornos alimenticios incluyen una preocupación obsesiva por el peso, la comida y la imagen corporal, cambios significativos en los hábitos alimenticios como la restricción extrema o los atracones compulsivos, una obsesión por el control de peso y ejercicio, problemas emocionales como depresión y ansiedad, y complicaciones físicas como irregularidades menstruales y problemas digestivos. Estos síntomas pueden tener graves repercusiones en la salud física, emocional y social, y requieren atención profesional para la recuperación.
Causas de los trastornos alimenticios
Los trastornos alimentarios parten de una gestión inadecuada de la ansiedad y problemas emocionales de índole diversa, que se acompañan de una imagen distorsionada sobre los ideales de belleza que aparecen en las redes sociales, el cine y la publicidad. En consecuencia, las personas recurren a conductas alimentarias inapropiadas con el objetivo de alcanzar este ideal, causándoles síntomas emocionales y físicos.
Es muy común que los síntomas se detecten cuando ya está bastante avanzado el trastorno, sobre todo porque los pacientes o sus familiares los leen como un cambio aparentemente normal en los horarios y cantidad de las comidas.
Sin embargo, a medida que el trastorno avanza el paciente se vuelve más radical en su régimen alimenticio, hasta el punto de presentar una completa desconexión entre su aspecto físico real y la imagen que su cerebro proyecta en relación con su peso. Este último síntoma evita que el paciente sea consciente de su trastorno y pueda tomar medidas para mejorar su salud.
La importancia de acudir a especialistas en caso de trastorno alimenticio
En ese sentido, es necesario acudir a un profesional en psicología con el cual se pueda tratar el trastorno de una forma integral y certera con terapia para un TCA. Desde una intervención cuidadosa es posible minimizar los síntomas de orden emocional y gestionar las crisis, para que, de esta manera, el paciente encuentre herramientas para sobrellevar su condición y presente una mejoría progresiva al mejorar su relación con la comida.
En Baleares Psicología, clínica de psicólogos en Mallorca, estamos capacitados para tratar casos leves, moderados y severos de trastornos alimentarios, por lo que invitamos a todas las personas que necesiten acompañamiento profesional personalizado a reservar una cita, para así iniciar el tratamiento que mejor se adapte a su padecimiento.