Las adicciones pueden dividirse en dos grandes grupos: las químicas y las comportamentales.
Las químicas, por más “clásicas”, son más conocidas: alcohol, cannabis, opiáceos, cocaína y un
largo etcétera. A las comportamentales se les atribuye erróneamente una menor peligrosidad,
porque pueden arruinar por completo la vida de la persona que las sufre. Podemos citar la
ludopatía, la adicción a las redes sociales, a las compras o al sexo, entre otras. Tanto en las
químicas como en las comportamentales la base neurológica es similar: el secuestro del sistema de recompensa del cerebro, mediante el incremento de la tolerancia producido por intensas descargas dopaminérgicas repetidas en el sistema mesolímbico.
ASÍ PUES, LA ADICCIÓN NO ES UNA CUESTIÓN MORAL: NO ES UN VICIO, SINO UNA ENFERMEDAD QUE PUEDE Y DEBE TRATARSE. Si crees sufrir algún tipo de adicción o piensas que un amigo o un familiar tienen problemas de tipo adictivo, no dudes en consultarme.